viernes, 21 de agosto de 2015

Hong Kong




Sí, tal vez sea demasiado ambicioso. Pero el conformismo es para los cobardes (O no... Bah, da igual). Esta semana, en la que me ha tocado lo que yo llamo "currar como un adulto" (jornada completa), toca resarcirme por el voto de silencio editorial que he hecho contra mi voluntad, y tratar de exponer una parte del mundo muy curiosa: La gran Isla Pirata (Los Simpson dixit), la tal Hong Kong.

"Kowloon Panorama" por Ryan Cheng. Puede verse Knowloon y la Isla de Hong Kong





Como parece que la anécdota es divertida (aunque yo no le vi mucha gracia, a pesar de las risas de familiares y amigos a los que se la narré), empezaré contando porqué esa inquietud hacia esa pequeña, pero muy importante, zona de China.

Como ya comenté en mi segundo post, hace escasos meses (dos, de hecho) me mudé a Irlanda, en un intento de mejorar mi inglés y conseguir trabajo, ya que ambas cosas eran difíciles en mi amado país natal. Invadida por el tedio que me supone mantener el culo pegado a una silla y sin nada mejor que hacer, me decidí a acudir una charla que había visto anunciada por las calles de mi nueva ciudad en carteles que prometían un simposio sobre la situación política en China. Como el gigante asiático siempre me ha resultado de gran interés, y como buena graduada en Derecho nunca renuncio a nuevas lecciones sobre política, decidí que encajaba en una reunión así. Llegando con el tiempo justo, y encontrando el emplazamiento a duras penas (un hotel medio escondido que tenía una curiosa cascada natural dentro), mi sorpresa fue llegar y encontrar más chinos que occidentales ávidos de aprender, que me miraban como si me acabara de caer de un platillo volante. Sin embargo, puedo decir que fue una charla muy interesante (en la que incluso se me dejó participar, a pesar de que mis ojos no eran rasgados), donde una simpática y guapa activista nativa de Hong Kong nos habló de la labor de su asociación en los derechos políticos de sus conciudadanos. Y sobresalió el tema de que Hong Kong era un mundo aparte en relación con el resto de China. A esto debería añadir que recientemente me quedé con dos palmos de narices cuando, buscando una lista con todos los países existentes en la actualidad, me encontré con una que nombraba esta región separada de la República Comunista, como si fuera un Estado diferente. Así que si hay por ahí algún friki como una servidora al que le gustaría leer algo más sobre este ente aparentemente fuera de lo común, será un placer contribuir humildemente a saciar su curiosidad. 

Hong Kong, cuyo nombre es una traslación fonética del cantonés que significa "Puerto Fragante" (refiriéndose a que emite fragancia, aunque no se ha decidido a qué viene ese nombre. Se cree que al incienso que se producía en la ciudad y se olía ya desde los barcos que se acercaban), en realidad se llama "Región Aministrativa Especial de Hong Kong de la República Popular de China" . Está formada por la propia Isla de Hong Kong, la parte peninsular de Kowloon, y los llamados "Nuevos Territorios" (unas islas que hay por esa zona, como Lantau, que estuvieron prácticamente deshabitadas durante casi todo el siglo XX). ¿Que porqué es Especial? Pues porque hasta casi finalizado el siglo pasado ni siquiera era China. No, no es que al nuevo se le de un trato especial, es que fue una de las condiciones que impuso el ya extinguido (?) Imperio Británico para devolverle ese territorio a China el 1 de julio de 1997.

Sí, señores, quien creía que el colonialismo acabó con Pocahontas cuando se casó con John Smith (o el inglés de turno), se equivocaba de cabo a rabo. Hong Kong era una zona dejada de la mano de Dios hasta que se descubrió que más bien Dios había dejado allí una cosa muy divertida: el opio. El comercio se disparó cuando los europeos (viciosos desde siempre, por muchas iglesias que construyéramos y muchas cruzadas que libráramos) descubrieron semejante "barro extranjero" (como era llamado), allá por principios del XIX. El problema vino cuando los chinos se decidieron a dejar de comerciar con él, y nuestros buenos amigos los ingleses, que parece que no llevan muy bien que les quiten las drogas, ni cortos ni perezosos les declararon la guerra. Tal vez pilló por sorpresa a los chinos la tan conocida decisión militar de los británicos (nadie les dijo que había que atacarles a la hora del té, que es cuando están más distendidos), o quizás no se acabaran de creer que alguien empezara una guerra por algo así, pero el hecho es que en 1841 los antepasados de la Reina Madre ya tenían otra banderita clavada en una nueva colonia: la Isla de Hong Kong. Con el Tratado de Nanking se terminó la guerra y se cedió la isla a la corona británica sine die. Como una única guerra era muy poca cosa, y sobre todo, muy poco europeo, Perico volvió al torno y se declaró otra. La Segunda Guerra del Opio terminó de forma muy parecida, otorgando a los mismos plastas de siempre la península de Kowloon en 1960. Como romper una colección está muy feo, se les concedió el ususfructo (para los no juristas: uso y disfrute, pero no propiedad) de los Nuevos Territorios en 1898 (esta vez solo para 99 años, que a veces hay que ponerse serios y no ceder a todos los caprichos). ¡Un usufructo! ¡De un puñado de islas! Eso no aparece en el Código Civil... Desde luego que ya se ha hecho de todo en este Manicomio Redondo.

Pero los ingleses no contaban con su alter ego asiático, Japón, que les vino a aguar la fiesta en la II Guerra Mundial, invadiendo estas "cesiones" a la corona (como ya hemos hablado, a los japoneses no se les da bien estarse quietos en materia de batallas). Entre las guerras (tanto la mundial, como la civil china), las epidemias y las sanciones internacionales, Hong Kong se convirtió en un centro de recepción de refugiados, que huían de los problemas que buyían en los territorios adyacentes. Sin embargo, como contraposición, su aislamiento del resto de países que le rodeaban le permitió convertirse en un gran puerto comercial y un lucrativo centro financiero.

Finalmente, a pesar de los llantos de Reino Unido (que aún sigue pataleando por lo que le queda en el tintero), se decidió que el colonialismo estaba MAL, y este tuvo que aceptar devolver a China sus tierras, con la condición de que conservara durante 50 años la economía de libre mercado y los sistemas social y legal que los europeos habían montado, dando lugar a la filosofía china de "Un gobierno, dos sistemas", que no es otra cosa que "Comunistas Sin Fronteras, salvo por el Capitalismo a Gran Escala que impera en según que zonas". La otra Región Administrativa Especial es Macao, antigua colonia portuguesa, que también mantiene una ideología capitalista por orden de los antiguos señores feudales.

Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.

A causa de formar parte de China, Hong Kong ha tenido que capear con la tormenta de la corrupción y las crisis económicas, asi como alguna que otra epidemia (Síndrome SARS, o Síndrome Respiratorio Agudo Grave... Por creer que el Medio Ambiente es una leyenda, tal vez), lo cierto es que también es un magnífico y ecléctico lugar, donde se manifiesta la unión Oriente-Occidente, dando lugar a algo tan exótico como interesante. Aunque tal vez primero habría que convencer a sus habitantes, pues solo el 17% de su población se considera ciudadano chino, mientrás que casi el 40% se considera sólo hongkonense (ríete tú de Cataluña).

La moneda utilizada es el dólar de Hong Kong (una divisa de considerable relevancia), y sus idiomas oficiales son tanto el inglés como el chino (sobre todo el dialecto cantonés, aunque se trata de extender el uso del mandarín). Se usa el derecho tradicional inglés (el llamado Common Law, que en pocas palabras significa que el Derecho es lo que dice el señor Juez, Mr. Justice, y punto en boca) y tiene una gran relevancia en el plano internacional, teniendo en su territorio la sede de organizaciones como la FIFA, la Organización Mundial de Comercio, o la WWF. Lleva él solito sus propias relaciones internacionales, para que Don Mao no venga con la rebaja en cuanto se descuiden, y es una de las rentas per cápita más altas del mundo. Por lo general, no es un gran infractor de los derechos humanos, pero sufre de claras deficiencias de las que adolece el resto del país, como la censura en los medios, la falta de sufragio universal o la discriminación a la mujer.

Es uno de los grandes centros financieros mundiales (y el principal de toda China) y su economía depende mucho del comercio mundial, sobre todo en relación con el comercio chino con el resto del mundo. Es uno de los lugares con mayor libertad económica del mundo, y su mercado de valores es el segundo más importante de toda Asia, solo por detrás de la Bolsa de Tokio. Por ello, se puede decir que es la puerta de entrada de Occidente para entrar en China (algo que se está empezando a decir también de Shangai).

Suena muy diferente a la imagen que tendríamos todos cuando pensamos en China, imaginándonos gente amarillenta con un gracioso sombrero plano, tirando de tuk-tuks o plantando arroz, unos encima de otros por falta de espacio... Bueno, en algo acertaríamos: en Hong Kong abundan los rascacielos, y no porque sea más moderno, sino porque no hay sitio en el suelo para tanta gente. No en vano es el mercado inmobiliario más caro del mundo... Hay unos 7 millones de chinos, según el censo de 2014, y subiendo, porque tienen la mala costumbre de no morirse (disfrutan de una esperanza de vida de las mayores de todo el mundo, más de 80 años). Encima, el 75% de su territorio está calificado como espacio natural, así que se tienen que hacinar en el 25% restante para vivir (supongo que el fin de semana huirán al monte de picnic, para respirar un poco).


Habiendo ya dicho que es un zulo ecológicamente protegido (lástima que aún así sea de las ciudades más contaminadas del mundo), receptor de especuladores, Puerta de China y que se lo han pasado de unas manos a otras desde el antepasado siglo, queda hablar de porqué sería tan apasionante ir, por si alguien aún sigue dubitativo.

Aunque más de un 90% de la población es china, de ascendencia mayormente asiática, la diversidad se respira allá donde vayas. La arquitectura es propia de un barrio neoyorquino (entre sus rascacielos está el International Commerce Centre, que es el cuarto más alto del mundo), pero las religiones predominantes son el budismo, el taoísmo y el confucionismo, conviviendo con el 10% de la población cristiana. Son las creadoras de esas películas de artes marciales que tanto marcaron a Occidente, en las que Bruce Lee y Jackie Chan enseñaban a los americanos que no todo era soviético al otro lado del mundo y además de participar en las Olimpiadas, organizan sus propios "Juegos Asiáticos". En definitiva, es un gran centro cultural, que produce y recibe tanto productos nacionales como de estilo digamos más americano. Una de sus grandes atracciones consiste en disfrutar del skyline, dado que todos los días se organiza un espectáculo de luces y sonidos donde un gran número de los edificios participan para amenización de los turistas, al más puro estilo Las Vegas, al mismo tiempo que la visita recomendada por excelencia son los bazares asiáticos, en especial el Mercado Nocturno del Temple Street, donde se tiene por costumbre jugar al ajedrez, retando al campeón de turno, comer platos asiáticos al aire libre, adquirir jade (el "oro" chino, que según la creencia, protege de los malos espíritus) y por supuesto, comprar el producto estrella: las falsificaciones, para quien creyera que había abandonado el País Panda... Como curiosidad, os diré que también se le llama el Mercado de los Hombres, a causa de la cantidad de oferta de ropa de caballero, el gran número de películas de gangsters de las que ha sido escenario, y porque por lo visto contiene una gran exposición de los llamados "placeres para hombres". No he conseguido descubrir si eso significa que hay prostitución o solo revistas subiditas de tono por doquier... habrá que ir para comprobarlo. En cualquier caso, un buen dim sum siempre sienta bien.


Bueno, al final me ha quedado un testamento curioso. Confío en que no se os haga muy infumable, y en caso de que así sea, reitero con especial vehemencia...


Gracias por vuestro tiempo :) ¡Muy feliz semana!


Para más información:

- http://www.britannica.com/nations/Hong-Kong
- http://www.lonelyplanet.es/destino-asia-china-hong-kong-43.html
- http://www.lonelyplanet.es/blog-mercadillos-rastros-bazares-zocos-160.html




lunes, 10 de agosto de 2015

El Florecimiento de los Sakura

Estúpidos horarios de persona de a pie, que no nos dejan tiempo a los bohemios frustrados para investigar y escribir... Me perdonaréis si encontráis esta entrada un poco pobre o falta de chicha, pero seguro que la belleza del suceso a exponer lo compensa, y es que esta semana toca la celebración de la Fiesta del Hanami, a lo largo y ancho del hermoso País del Sol Naciente, Japón.

Sakura en flor en el Pabellón Dorado de Kyoto. Por Gigi Castrol.

Este festival de Hanami, que es el nombre que los japoneses dan a la tradición de "observar la belleza de las flores" (adorable, ¿no os parece? Sobre todo en un país con una tradición bélica tan absoluta, hasta el punto de haberles tenido que prohibir internacionalmente que tengan su propio ejército, tras la ocupación americana en la II Guerra Mundial), coincide con la fecha del florecimiento del Sakura, o flor de cerezo, protagonista de la celebración, que ocurre en la primavera. Y es que a pesar de no ser la flor nacional (que es el crisantemo), apuesto a que estas maravillosas flores rosadas nos hacen pensar a todos en ese exótico y maravilloso archipiélago.

El porqué de este amor por este árbol, cuyo origen se atribuye a la zona del Himalaya, se remonta a la milenaria tradición de los samuráis. Esta flor tiene la peculiaridad de que solo florece en primavera, dado que en verano el arbol está cubierto de simples hojas y en invierno y otoño se muestra desnudo, por lo que tiene una vida muy corta, como la que los samuráis, pobrecillos, disfrutaban (y orgullosos de ello). La filosofía consiste en caer cuando aún se es fuerte, bello y ágil en la batalla (de acuerdo, curiosamente, con el decir popular tan conocido en España de "muere joven y deja un bonito cadáver", y del que os voy ahorrar mi opinión al respecto), ya que la flor del cerezo cae del árbol antes de marchitarse, a causa de la fuerza del viento. Además, cuenta la leyenda que su color rosado se debe a la sangre derramada por estos guerreros durante el seppuku, que no es otra cosa que el harakiri que se hacían "voluntariamente" los buenos soldados para evitar la deshonra y que se solía celebrar ante un cerezo (otro día ya os contaré la historia tan curiosa de estos suicidios tan peculiares y bien asistidos, porque no tiene pérdida).

Durante este festival, que se celebra hasta entrada la noche (pasando a llamarse yokazura, osea, "cerezos de noche"), las familias y amigos se reúnen para hacer un picnic debajo de este hermoso árbol meramente ornamental, ya que la variedad preferida por los nipones no produce fruto. A causa de la diferencia de clima entre las islas, las fechas de florecimiento, que son advertidas con tiempo por las agencias meteorológicas japonesas, varían. Las celebraciones comienzan desde principios de marzo, que comienzan en la más sureña región de Okinawa, hasta llegar a la zona más meridional, la isla de Hokkaido, la última semana de abril. Es uno de los acontecimientos que más turismo suscitan, y no es difícil adivinar porqué.

Espero que hayáis disfrutado de este sencillo post tanto como yo al escribirlo, y es que en medio de la vorágine del día a día, no está de más hacer caso a nuestros amigos, los que no hace tanto portaban katanas y luchaban por grandes señores y por el honor, y pararse a "contemplar la belleza de las flores".


Thank you again, por pararos a leer :) ¡Feliz semana!


Para saber más: 
http://japontotal.com/post/5084210594/tradiciones-de-jap%C3%B3n-hanami-%E8%8A%B1%E8%A6%8B-lit-ver 
http://www.japanlinked.com/about_japan/fha/hanami.html


lunes, 3 de agosto de 2015

The Ha´penny Bridge



¿Por qué escribir un blog? ¿Por qué escribir cualquier cosa? ¿De dónde sale esa ansiedad por comunicar lo que uno tiene dentro, incluso aunque sean gritos al aire? En mi primer post no me presenté, en parte porque no esperé que nadie lo leyera, pero quizás debería dedicar un poco de espacio a hacer de este blog un sitio más personal, como era mi deseo al crearlo. Desde que aprendí en el colegio, escribo de forma instintiva, y aún sabiendo que no soy un portento de nada, ni tengo especial talento para hacerlo no me parecería bien reprimirlo y reducir esa inclinación a cartas secretas que nunca se envían y diarios que jamás se leerán.

Por suerte o desgracia, son muchas las pasiones que tengo en la vida. Escribo cuentos y artículos de opinión, fantasías y planes, y hasta proyectos imposibles. Me gusta el cine, el teatro y los libros, la política o la economía; podría escribir sobre eso. Pero elegí escribir sobre lugares y monumentos. No sé porqué elegí hacer el blog sobre eso en vez de sobre otra cosa. Supongo que me salió de forma natural, sin pensar demasiado, y tal vez sea lo más adecuado, pues últimamente me da la impresión de que lo que hacemos aparentemente de forma irracional, acaban siendo las cosas que mejor salen (tal vez porque no esperamos nada de ellas).

Quizás se debió a mi admiración por los paisajes y la arquitectura, por las diferentes culturas y personalidades. Quizás porque hace poco que me mudé de país. Quizás simplemente leí demasiado la National Geographic este año y me creí exploradora en esa parte de nuestra mente que nunca crece. En cualquier caso, es bonito tener la oportunidad de tener un diario online, y pienso que siempre hay que aprovechar las oportunidades que se nos presentan.


Sin más dilación, pasamos del monumento-símbolo de mi ciudad de nacimiento al de mi ciudad de residencia. ¡Os presento el Ha´penny Bridge!
 
Foto por Marta Edreira. Ha´penny Bridge.


Realmente, su nombre oficial es Liffey Bridge, dado que es un puente construído sobre el río Liffey (muy prosaico, sí), pero coloquialmente, desde su construcción en 1816, cuando aún se llamaba Wellington Bridge (en honor al primer duque de Wellington, Arthur Wellesley) se le conoce por Ha´penny Bridge (Puente "Medio Penique"), fundamentalmente por el peaje que se cobraba, de medio penique, para poder cruzarlo. Cuando el peaje aumentó a penique y medio, el nombre coloquial cambió con él, pasando a ser el Penny Ha´penny Bridge (Puente "Penique y Medio"), hasta que finalmente, en 1919, el peaje fue suprimido. Desde entonces, el nombre por el que se conoce esta obra vuelve a ser el coloquial y primigenio "Ha´penny".

Ha´penny Bridge de noche. 


Una anécdota "graciosa" (para el que, como yo, tenga un laxo sentido del humor) es que a la hora de su construcción, los vecinos de Dublín estaban hasta el gorro de los proyectos que el Gobierno y empresas privadas hacían para pasar el fecking río, dado que después de siete ferries fallidos se mostraban bastante escépticos. Cuando se decidió hacer el puente, que fue diseñado por el arquitecto John Windsor, pusieron como condición para proceder a su construcción que si en el plazo de un año no se encontraban satisfechos (es decir, como diera un solo problema), el puente debía ser retirado sin coste alguno para la ciudad (ergo: para los conciudadanos).

Se procedió a su mantenimiento en 2001 por última vez, y a lo largo de 2012 y 2013 se tuvieron que ir quitando los candados que las buenas y bienamadas parejas ponían en el centro del puente. El ayuntamiento hizo dos campañas en estos años para tratar de convencer a los amantes que había otras formas más seguras y menos dañinas para la infraestructura pública de demostrar su afecto, pero personalmente puedo decir que aún se ven muchos de estos cerrojos decorando los lados del puente. Supongo que las costumbres y tradiciones son difíciles de desarraigar, y Hollywood ha hecho mucho daño al romanticismo y a la originalidad pareja al mismo.

Por falta de previsión (y de batería en el móvil) no os puedo dejar una foto-ejemplo de la utilización de la especial arquitectura de este puente como símbolo de la ciudad de Dublín en los carteles turísticos, pero estoy convencida de que os será fácil de identificar, y cuando veais un cartel con el nombre de la capital irlandesa, con un gracioso faro adornando encima, no dudaréis que es el famoso puente del s. XIX el que cobija el nombre de la ciudad.

Farolillos del Ha´penny Bridge- www.klm.com

Datos

Localización:  Dublín (Éire/Irlanda).
 
Arquitecto: John Windsor.

Nombre oficial: Liffey Bridge.

Medidas: 43 metros de largo, por 3.35 metros de ancho.

Inauguración: Mayo de 1816.






¡Gracias de nuevo por vuestro tiempo! :)



Fuentes y enlaces de interés:
- http://structurae.net/structures/hapenny-bridge
-http://www.irishtimes.com/news/environment/council-sign-calls-on-couples-not-to-lock-love-to-ha-penny-bridge-1.1705456
- http://archiseek.com/2010/1816-hapenny-bridge-dublin/