jueves, 1 de octubre de 2015

University College of Cork

Puerta principal al Campus


El secreto está en no ver la aventura siempre en sitios lejanos, en encontrar pequeñas (o grandes) maravillas a tu alrededor. En esta ocasión no me voy a Asia ni a grandes ciudades europeas para elegir el sitio del que hablar, sino a media hora andando de mi casa (y porque yo me he convertido desde hace un par de semanas en la Ermitaña de la Colina, junto con el resto de inmigrantes sin mucho dinero en el bolsillo, y tardo 20 minutos en llegar al centro). Esta semana os voy a hablar de la maravillosa Universidad de Cork que, según tengo entendido, aunque sea solamente de oídas, es la segunda mejor universidad de Irlanda, por detrás del tan famoso Trinity College.

Para empezar, como siempre, voy a divagar de cómo conocí este maravilloso mundo de luz y color (o, como lo llama la gente sin transtornos mentales, "campus"). Me considero afortunada de trabajar en una tienda del centro, donde vendemos velas, inciensos y esas tonterías que tanto gustan al Primer Mundo, y donde siempre tengo la oportunidad de hablar con todo el mundo y mejorar mi precario nivel de inglés (y donde he conocido a gente estupenda con la que comparto esta experiencia de migración). Varias veces al día ves entrar a jovencitos/as y no tan jovencitos/as con una sudadera, riñonera, bolsa, cosa-que-te-cuelgas-al-cuello... de la UCC. Una compañera de Greenpeace Coruña, que había vivido unos años en Cork, ya me había comentado lo bonita que era esta Universidad, y yo me propuse ir cuando tuviera un hueco, dado que mi querida consanguínea en lateral (ergo:hermana) me había comentado que estaba "a tomar por saco". Como suele pasar, ni siquiera tuve que buscarlo, el hueco me encontró a mí:

Una mañana me encontré en la mesa del trabajo unos folletines para repartir entre los clientes de la "Culture Night in Cork", donde se anunciaban un montón de opciones culturales gratuítas para celebrar la noche. Ojeándolo por aburrimiento (no había clientes), encontré una exposición del pintor Hiroshi Sugimoto que debía celebrarse en el Observatorio Crawford, en la Universidad de Cork.

Qué mejor excusa que la exposición de pintura sobre el mar de un pintor del que jamás había oído hablar en un Observatorio para ir a ver el supuestamente maravilloso sitio de estudio. En cuanto terminé de trabajar ese viernes, cogí mis cosas y me planté en el centro de la ciudad a pedir indicaciones a todo ciudadano que quisiera escucharme. Ahí fue cuando me di cuenta de que el Observatorio Crawford no lo conoce ni Dios, y la gente solo me indicaba vagamente donde estaba la Universidad. Irónicamente, el primer edificio que encontré de camino al Campus en sí, fue el Edificio de Arqueología. Obviamente, estaba vacío. Pero el primer motivo de fascinación por esta Universidad fue el encontrar que había un centro de estudios arqueológicos, sede del correspondiente Grupo de Arqueología Universitario, justo al lado de un teatro en uso exclusivo para los grupos teatrales de la propia Universidad. 


Observatorio Crawford

Me empecé a preocupar cuando ni en el propio edificio de recepción habían oído hablar de ese Observatorio. Saliendo de allí un poco confundida por el desconocimiento general, me decidí a hablarle a un señor de cierta edad que estaba hablando con una chica. Muy amablemente, al estilo irlandés, decidió acompañarme hasta la puerta del Campús, ya que le sonaba que el edificio que yo buscaba se encontraba en el centro del mismo. Se despidió de la chica y caminamos juntos. Después de un cuarto de hora hablando de arte y música de la forma más coloquial que me pueda imaginar, me comentó que llevaba 11 años en la Universidad. Al preguntarle si era profesor me hizo saber que más bien era alumno, pero que ya había terminado la carrera hacía mucho. Yo soy jurista de profesión, y me hizo cierta gracia que él también hubiera estudiado Derecho. Hablando de los diferentes sistemas jurídicos, le comenté lo interesada que estaba en hacer algún tipo de práctica o trabajar en algún despacho. Con una sonrisilla, me confesó finalmente que él era el Juez de Cork, ex-abogado especializado precisamente en la rama de Derecho de la que yo hice mi tesina. Al despedirnos, no sé cómo, conseguí que aceptara mi currículum, me diera su email y se comprometiera a darme a conocer entre sus colegas por si salía alguna oportunidad. Después de días y días mandando emails y acosando a todos los despachos que me encontraba, el contacto en el mundo jurídico irlandés lo conseguí perdiéndome buscando una exposición de arte. La vida tiene cierta ironía que resulta muy agradable.


UCC

Y finalmente entré en el Campus. Qué maravilla... Grupos de estudio, una biblioteca tan grande como una facultad entera, aulas de lecturas de teatro, clubs de debate... Una Universidad como uno se la imagina cuando es pequeño y se imagina estudiando una carrera. No tardé mucho en sentirme como Lisa Simpson, agarrándome a los barrotes de la entrada, mientras mis caudales (más bien la ausencia de ellos) me tiraban hacia afuera. Sentía auténtica envidia de la gente que entraba y salía de clase.


Main Quadrangle

Cuando finalmente el Observatorio se materializó ante mí, volví a sentirme desorientada. Era un edificio con la planta tan grande como una habitación de apartamento, con una bóveda como techo. Lo último que uno se imaginaría es que albergara exposición de ninguna clase. Y la intuición no me fallaba: Cuando abrí la puerta principal (que más bien parecía una puerta de cobertizo de un edificio de aldea) me encontré con un "vestíbulo" en el que apenas cabía yo. Subido a unas escalerillas (que supongo, llevaban a lo alto de la bóveda), había un encargado de mantenimiento con una mini-aspiradora (una aspiradora de tamaño normal no hubiera cabido en el edificio), que me miró con una cara de circunstancias que solo podía querer decir "Dios, no, más gente no, que no cabemos". No había otro sitio al que ir que dirigirme a abrir la puerta de forja que había justo a un palmo de mi cara. Di a parar a una habitación circular, con tamaño a juego con el resto del Observatorio, con un montón de fotos de planetas y un hombrecillo tan alto como yo (¿lo contratarían por eso?), que se encontraba detrás de un telescopio, y que, sin yo decirle nada, me dijo "Lo siento, no hay ninguna exposición japonesa. Si existe siquiera, será en otra parte". Al irle a hablar del folleto informativo, simplemente se encogió de hombros, señalando que lo que la publicidad dijera o dejara de decir no variaba la realidad de la ausencia de la exposición. Me tuve que ir en seguida, ya que nos estábamos quedando sin oxígeno. Lo último que sentí de esa excursión es que hubiera sido un sinsentido. En vez de una exhibición de pintura, había encontrado algo mucho mejor: La UCC en sí misma.


Esta Universidad nació en 1845 como una de las tres Queen´s College, situadas en Cork, Galway y Belfast. Fue fundada por la Reina Victoria, por supuesto, a la cual hacía referencia el nombre de la institución. Se eligió Cork como lugar para ubicarla a causa de que era el centro del Comercio Transatlántico (otro día trataré de hacer un post sobre el Puerto de Cork, que tiene una gran importancia, tanto que el escudo de la ciudad son dos torres con un barco en medio), amén de ciertas Universidades de Medicina privadas y la Sociedad Real de Cork.

Se abrieron las puertas a los estudiantes el 7 de noviembre de 1849 (a 115, concretamente), y el edificio principal, el llamado Main Quadrangle fue diseñado por los arquitectos Thomas Deane y Benjamin Woodward, inspirándose en las grandes Universidades de la Edad Media.

A partir de 1880 pasó a llamarse Universidad Real de Irlanda (junto con el resto de Instituciones hermanas), según fue creciendo tanto en oferta, como en tamaño y número de alumnos, hasta que en 1908 se convirtió en la Universidad Nacional de Irlanda, derivando hasta nuestros días en la Universidad de Cork (University College of Cork- UCC), con más de 20.000 alumnos de todas partes del mundo (doy fe, he conocido desde indios, hasta malasios, africanos, estadounidenses y, en alguna de mis tardes pasadas allí, he podido oír hasta gente hablando español con acento de la Andalucía profunda), docenas de edificios y más de una veintena de elecciones académicas. Y es que no solo hay maravillas como Grupos de Mitología, y asambleas políticas, sino que allí puedes estudiar carreras que van desde Arquitectura hasta Estudios Célticos. Yo he visto gente excéntrica, llena de tatuajes extraños, que van a estudiar "Arte e Irlandés", así que me da que por poder, puedes hasta combinar las carreras a tu antojo. Vamos, una maravilla para los frikis ratas de biblioteca que aún le siguen dando importancia al Alma Matter y a que esta sea una buena elección.

Además, personalmente, es un sitio al que da gusto simplemente ir a pasear. Está al lado del Canal (de hecho, la elección del sitio donde construírlo tuvo que ver con eso), en la parte donde aún pueden sobrevivir cisnes y patos sin mutar, y alrededor del Campus no hay otra cosa más que librerías, cafeterías, restaurantes y tiendas de segunda mano. Por algún motivo, solamente me han pasado cosas buenas cuando me he acercado. Os podeis imaginar mi cara cuando descubrí un Centro de Estudios Gallegos en lo profundo del Edificio de Idiomas, lleno, por supuesto, de descendientes de Breogán. Supongo que es una mezcla entre sentirse en casa y a la vez disfrutar de la extranjería.




Espero que este artículo tan subjetivo os haya gustado. Seguramente no todos compartan mi pasión por las Universidades. Supongo que el romanticismo sigue latente en mí, y no puedo evitar pensar en ellas como ese sitio donde uno se desarrolla académica y personalmente de la forma en la que elige libremente, donde se forja el adulto que somos en la siguiente etapa de la vida y donde se aprenden mucho más que un montón de fórmulas, fechas, o en mi caso, leyes. Para los afortunados que os podáis permitir estudiar en una Universidad así, o incluso en esta, o tan solo visitarla, no os lo penséis dos veces. La vida es un aprendizaje constante, pero nunca está de más pasar de vez en cuando por esos sitios que ya, desde su nacimiento, se pensaron como el lugar donde uno decide su camino.


http://www.ucc.ie/en/


Gracias por leer :)